Soledad de Doblado, Ver. – El eco del silbato del tren carguero resuena aún en las paredes de la antigua estación de ferrocarril de Soledad de Doblado.
Hace más de medio siglo, este mismo tren transportaba pasajeros a lo largo de las vías que conectaban esta pequeña comunidad con el puerto de Veracruz.
Hoy, las estaciones ferroviarias ya no son centros de agitación humana, pero en Soledad de Doblado, el tren sigue dejando su marca, esta vez en el aroma de las garnachas que perfuman el aire al pasar.
Las garnachas, ese platillo que muchos consideran un manjar, son el alma del mercado de Soledad de Doblado. Y detrás de este sabor que ha cautivado a propios y extraños están 15 mujeres que, desde el amanecer hasta el anochecer, cuidan con esmero la tradición que sus madres y abuelas les heredaron.
Entre ellas está Lucía Avendaño Lagunes, quien, con 30 años de experiencia en la cocina, representa a la tercera generación de su familia dedicada a la venta de garnachas.
El Ritual del Sabor: Un Viaje en el Tiempo
Preparar garnachas en Soledad de Doblado no es una tarea sencilla; es un acto casi ceremonial. Lucía explica que todo comienza con la elección de los ingredientes. El jitomate, la cebolla, el ajo, el chile seco y el guajillo son seleccionados con cuidado. «Es un balance delicado de sabores», asegura, mientras describe cómo todo se transforma en una salsa que da vida a las garnachas.
El proceso continúa en el molino, donde el maíz se convierte en masa. «Estas son tortillas cien por ciento de maíz», recalca, subrayando la autenticidad de su cocina. Ya con la masa lista, las tortillas se cuecen en el calor del fogón, uno de los elementos más emblemáticos de la cocina tradicional. Luego, pasan por aceite y se bañan en la salsa que ella misma prepara, dando lugar a las garnachas que conquistan paladares.
La variedad también es un punto a destacar: las garnachas pueden servirse solo con salsa o llevar un toque más elaborado con carnes que complementan su sabor. El visitante tiene la libertad de elegir, pero todos comparten el mismo placer de degustar este platillo tan representativo de la región.
La Nostalgia del Tren y la Vida que Continua
Mientras Lucía cocina, no puede evitar recordar los días en que su madre y abuela vendían estas mismas garnachas en la estación del tren. «Era hermoso ver cómo la gente subía y bajaba del tren, llevando consigo el olor de nuestras garnachas», dice con una sonrisa que mezcla nostalgia y orgullo.
El tren ya no para en Soledad de Doblado, pero su paso sigue siendo un recordatorio de una época en la que la estación era el centro de la vida. Hoy, son las garnachas las que mantienen viva la esencia de ese pasado.
Un Futuro de Sabores para Soledad de Doblado
Las mujeres que venden garnachas en Soledad de Doblado tienen un objetivo en común: poner su municipio en el mapa gastronómico de Veracruz. Creen firmemente que su comunidad debe ser reconocida por la calidad y tradición de sus platillos, y cada día, con la dedicación que ponen en cada garnacha, se acercan más a ese objetivo.
Soledad de Doblado es más que una parada en el camino hacia el puerto. Es un lugar donde el tiempo parece detenerse cuando se saborea una garnacha, donde el tren sigue siendo un símbolo del pasado y del presente, y donde las mujeres continúan tejiendo el futuro con sabor a maíz y salsa.