El arte de las catrinas

Córdoba, Ver. –  Un grupo de artesanas ha encontrado la manera de mantener viva una tradición ancestral a través de un trabajo lleno de creatividad, amor y recuerdos.

Marimar Marató, Irma Vázquez Castillo, Roxana Molina Cervantes, Margarita García Rodríguez, Leonor García y Jorge Morató forman el equipo que da vida a las catrinas, esas coloridas y elegantes representaciones de la muerte que son parte fundamental de las festividades de Día de Muertos.

Todo comenzó como un proyecto familiar. “Nosotros creamos un altar en toda la casa”, comenta Marimar.

 “Un día decidí hacer catrinas, pero la gente pasaba y nos preguntaba si las vendíamos, entonces de ahí surgió la idea de hacerlo más en serio”.

Con esta inspiración, y sin un conocimiento previo formal, el equipo puso manos a la obra, fusionando el talento de cada uno de sus integrantes para crear piezas únicas.

Roxana Molina, quien desde los 15 años se ha dedicado a la costura, es la encargada de confeccionar los trajes que visten las catrinas.

 Cada prenda está elaborada con detalle, siguiendo las ideas que surgen de las reuniones del equipo, donde se discuten los diseños y colores. Por su parte, Marimar se encarga de colocar el cabello, dándole a cada catrina un toque distintivo y personal.

Irma Vázquez es la encargada de moldear las figuras, comenzando con una estructura de alambre y cartón.

«El más grande que he hecho mide un metro con setenta centímetros», cuenta orgullosa. Tras darle forma, pinta las figuras de blanco para después ir agregando los detalles que darán vida a cada catrina.

La dinámica en su taller es fluida y creativa. Alrededor de la mesa de trabajo, las ideas vuelan mientras las manos trabajan con habilidad.

 Cada catrina tiene una historia y un propósito, lo que las convierte en más que simples figuras decorativas.

Lo que comenzó como una actividad casera se ha convertido en un arte reconocido en varios puntos del estado.

 Las catrinas del equipo de Marimar, con sus trajes elaborados, pedrería y detalles precisos, capturan la esencia de una tradición mexicana que celebra la vida a través del recuerdo de los que se han ido.

Este grupo de mujeres y Jorge Morató no solo crea piezas hermosas, sino que contribuye a mantener viva una de las festividades más emblemáticas de México, ofreciendo a sus clientes un pedacito de historia y cultura en cada obra.